miércoles, 1 de abril de 2015

¿Mussolini leyó a Maquiavelo?


 


Entrevista de Emil Ludwig a Mussolini, 19331

-¿Así que después de todo un dictador puede ser amado?


-Sí -respondió Mussolini con renovada decisión-. Siempre y cuando las masas le teman al mismo tiempo. La muchedumbre adora a los hombres fuertes- La muchedumbre es como una mujer [...] No puedo tener ningún amigo. No tengo amigos. En primer lugar, por mi temperamento; en segundo lugar, por mi forma de ver a los seres humanos. Es por eso por lo que rehúyo tanto la intimidad como las conversaciones. Si un viejo amigo viene a visitarme, la entrevista nos resulta doloroso a ambos, y nunca dura demasiado. Sólo sigo la carrera de mis viejos camaradas desde la distancia.

-¿Qué ocurre cuando aquellos que han sido sus amigos se convierten en enemigos, cuando uno de ellos le calumnia? -pregunté, recordando mis experiencias personales-. ¿Cuáles de sus antiguos amigos le han sido más fieles? ¿Le queda algún viejo amigo cuyos ataques aún le perturben?

Permaneció inmutable.

-Si quienes fueron mis amigos se convierten en enemigos lo que me interesa saber es si son mis enemigos en la vida pública; de ser así, les combato. En caso contrario, no me interesan. Cuando algunos antiguos colaboradores me atacaron en la prensa, declarando que había malversado fondos destinados a Fiume, no hicieron más que aumentar mi misantropía. Los más leales entre mis amigos ocupan desde luego un lugar en mi corazón, pero en general guardan las distancias. ¡Precisamente porque me son leales! Son personas que no buscan beneficios personales ni privilegios. Sólo en contadas ocasiones me visitan aquí, y apenas un momento.

Comentarios

Como recordamos Nicolás de Maquiavelo en el Capítulo XVII de su libro El Príncipe se plantea la pregunta de si a un príncipe la vale más ser temido o amado, posteriormente afirma que más vale ser temido porque a su criterio 
los hombres son ingratos e interesados, que mientras todo esta bien, puede contarse con ellos, nos ofrecerán sus bienes, sus propios hijos, su sangre y hasta su vida; pero todo ello durará mientras el peligro esté lejos; cuando esté cerca, su voluntad y la ilusión que pusiste en ellos desaparecen al mismo tiempo. Además también señala que los hombres ofenden mas fácilmente al que se hace amar que al que se hace temer, porque la amistad es una unión puramente moral, o de gratitud por un beneficio recibido, esto no puede subsistir contra el interés; mientras que el temor de una pena o castigo, labra huella profunda. Pareciera haber concordado con ello el fenecido Benito Mussolini.

No sería el primer militar que haya leído El Príncipe, de hecho existe una edición de este libro comentada por el mismo Napoleón Bonaparte.

Este libro de Maquiavelo es uno de los tantos que existen que pueden ayudar a instruir a cualquier interesado sobre el arte de la guerra, y resulta cuestionable si es que en verdad Mussolini fue un apasionado de este arte, puesto que en el plano militar acumuló muchas derrotas, lo cual irritó y decepciono bastante a Hitler, quien previo al inició de la guerra lo tenía como un modelo a seguir y un arquetipo de líder.
 
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1 GARCÍA DE CORTÁZAR, Fernando. Breve Historia del Siglo XX. 1° Edición, octubre, 2003. Random House Mondadori SA. Barcelona. España. Pág. 194.
 

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